Cuéntame cuál era tu secreto para hacerme reír. Fue algo que nunca conseguí averiguar, y no será por no haberlo intentado. Todo hay que decirlo, qué fácil era la vida contigo. Desde el momento en el que te veía, una sonrisa se quedaba tatuada en mi cara. Qué maravilloso era aferrarme a ti, con miedo a que si te dejaba escapar, esa sonrisa traviesa te daría la mano y se iría contigo.
Me encantaría poder decirte que ahora él me hace reír igual. Pero sabes que nunca me han gustado las mentiras.
¿Cuál era tu secreto para hacerme reír?
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