No te lo voy a negar, sueño con cosas imposibles. El otro día soñé que la luna era de queso y las estrellas brillaban porque estaban hechas con oro. Soñé que si miraba al otro lado del espejo me encontraría con un mundo espectacular en el que las mentiras y engaños no existen, y la gente se quiere sin importa lo que haya hecho el otro.
Mientras dormía se me coló una vez la idea de que si cierras los ojos fuerte, muy fuerte, los deseos se te hacen realidad.
Es maravilloso cuando los sueños, a pesar de ser realmente inverosímiles, son tan bonitos que querríamos que nunca acabasen.
Pero a veces las pesadillas nos invaden la noche y no podemos dormir, conscientes de que, en cuanto cerremos los ojos, volverán a rondar por la cabeza. Y eso no me gusta
7 comentarios:
Cierto, cierto, cierto. Totalmente de acuerdo, aunque a veces de las pesadillas también se pueden sacar cosas buenas. Soñé que estaba viva pero que me sepultaban, aporreaba el ataúd pero no me escuchaban. Surgió la idea de un relato. Al menos me dejó algo bueno.
(:
Las noches insomnes la verdad es que irritan.
tienes un bonito espacio.
feliz semana.
Luna de queso..ñaamm! :)
Que razón tienes. Ojalá muchos de nuestros sueños se pudieran hacer realidad... Cuantas mañanas me he despertado y he odiado volver a la realidad!
Un besito guapa :)
A veces aprendemos de las pesadillas, aunque a nadie le parecen bienvenidas en un principio. Y los sueños, aunque parecen maravillosos, después resultan no cumplirse, y frustrar.
Precioso blog, te sigo :) (si blogger me lo permite, que me va fatal xD)
Nunca deberíamos dejar paso a las pesadillas, son lo peor. Y en la realidad pasa lo mismo...
Un besito
Me encantan los sueños imposibles..
Publicar un comentario