LLUVIA

Hay siempre una epoca del año, y más aun si hablamos de nuestro querido Santiago, en la que la lluvia te cala hasta los huesos, quitandote las ganas de hacer cualquier cosa que no sea sentarte en los sillones de prensa, con una revista en la mano y una de esas conversaciones ilógicas. Es el mejor sustituto al cómodo sofá de tu casa, la manta, la televisión con el volumén bajo y un vaso de leche calentandote las manos.
Es en esos momentos cuando mi cabeza se va por libre, a cualquier lugar lejos de Gelmirez, a pensar en cosas en lo que nunca debería pensar. Y vuelven todos esos pensamientos de los que te habías librado durante los meses de verano.
Hay veces que me encanta la lluvia, otras, la aborrezco.