4*

(...)

Quería gritarle, decirle que se marchase y que no volviese a aparecer por allí pero, por alguna extraña razón, las palabras se le quedaban atascadas en la garganta y tenía ganas de abrazarlo y no soltarlo jamás. Pero se contuvo.

- ¿Echarme de menos? ¿Ahora? – Intentó mostrarse indignada, aunque no era tan fácil como creía – ¿y los últimos meses? Todos los meses que me has estado engañando, mintiendo, haciéndome sufrir, ¿acaso no me echabas de menos todos esos meses? De verdad no lo entiendes, no entiendes todo lo que he sufrido, viendo la indiferencia con la que me mirabas, los besos y abrazos que me dabas, vacios de todo contenido. Y como no, yo como una autentica imbécil, pensando que simplemente estabas pasando por una mala época, que todo volvería a ser como antes, ¡¿cómo pude ser tan ingenua?! Al final, lo único que te pasaba tenía nombre de mujer…- mientras hablaba él había ido bajando poco a poco la mirada hacia el suelo, avergonzado, como si se diera cuenta por primera vez de todo lo que había hecho. Cuando parecía que ella había acabado de hablar levantó la vista del suelo y empezó a hablar.