3*

(...)

Pero lo más importante de todo era que su mirada parecía sincera por primera vez en muchos meses.
Se miraron fijamente durante unos minutos, minutos que parecieron horas. Ninguno de los dos se atrevía a empezar a hablar. Tenían muchas cosas que solucionar pero no sabían por dónde empezar. Tantas cosas que habían pasado, tantos momentos juntos… Y ahora los dos tenían esa timidez del primer día. Aquel maravilloso día en el que se conocieron. Ninguno de los dos creía en las casualidades, hasta entonces. Sus miradas se habían cruzado y sintieron en aquel instante como si se conocieran de toda la vida a pesar de ser dos completos desconocidos. Al contrario que ahora, las palabras brotaron con gran fluidez en su primera conversación, descubriendo todo lo que tenían en común.
- Te he echado de menos – dijo él al cabo de un rato. Ella lo miró con sorpresa. De todas las cosas que podría haber dicho, esa era la que menos se esperaba – no he dejado de pensar en ti durante todos estos días.