Cuando una relación se acaba, cuando la otra persona nos ha hecho mucho daño, lo único que queremos es olvidarla para, poco a poco, ir eliminando de la cabeza todos los momentos vividos juntos. Pero, párate a pensar un instante, ¿vale la pena? Está claro que nadie quiere recordar los malos momentos, el dolor, las lágrimas pero... ¿vale la pena sacrificar todos los buenos momentos? Olvidarse de cómo te hacía reir, como conseguía que sólo te sintieses bien si estabas a su lado, de cada pensamiento compartido, de cada sonrisa, de todos esos momentos felices... ¿Vale la pena? ¿De verdad?
Párate a pensarlo un mal menos un minuto, puede que cambies de opinión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario